lunes, 26 de octubre de 2009


Banksy es el alias de un artista y graffitero ingles, conocido internacionalmente por sus pinturas irreverentes, que ridiculizan y denuncian la sociedad capitalista de consumo en la que vivimos. Ha pintado sobre las paredes de varias ciudades pero sobre todo en Londres. El apodo de Banksy esconde a un personaje misterioso del que nadie conoce su identidad, quizás para evitarse problemas con la policía, pero lo cierto es que tanto misterio no hace otra cosa que acrecentar su fama por todo el mundo. Lo único que se conoce a ciencia cierta es que vivió en Bristol ya que es en esta ciudad inglesa donde se empezaron a ver los primeros graffitis suyos, llenando la ciudad de ratas que interactuaban con los viandantes realizando todo tipo de actos como sacar fotos, asustar a una niña pintada también sobre la pared, etc..
Según cuenta él mismo en el libro Wall and piece (Muro y pieza) empezó como otros tantos chavales de todo el mundo que se dedican a pintar con sprays sobre las paredes de su barrio, en los trenes... "Estábamos poniendo 'siempre llega tarde' en el vagón de pasajeros de un tren. De repente llegó la policía y salimos corriendo. Pero yo me arañé con las espinas de un arbusto y no me dio tiempo a llegar a nuestro coche. Mis amigos se fueron. Yo me escondí debajo de un camión de basura. El motor estaba a la altura de mi cara: un hilillo de aceite se filtraba y me caía en la cabeza. Estuve así durante una hora, mientras oía a los polis andando por los raíles, buscándonos. Decidí cambiar de táctica o dejarlo: tenía que tardar menos tiempo en pintar. Entonces vi que el tanque del motor del camión tenía letras pintadas con una plantilla. Yo podía hacer lo mismo con letras mucho más grandes". Así es como empezó a usar esta técnica conocida como “stencil”, usando plantillas, de un material duro generalmente cartón, incluso de varios colores y rociándolas con spray. Hasta la fecha parece que esta técnica le ha funcionado bastante bien ya que aun teniendo detrás de él a la policía londinense no han conseguido detenerlo en ninguna ocasión. Creando un estilo muy característico con un enorme detalle y usando un lenguaje a medio camino entre el comic de corte social y el póster musical.
De esta manera empezó a expandir sus graffitis en los que generalmente aparecen policías, ratas, soldados o niños por varias ciudades. Creando polémicas discusiones acerca de la catalogación de sus pinturas como arte o como simple gamberrismo que debe ser borrado inmediatamente de las vias públicas. Sus graffitis pueden también observarse en el muro de segregación racista que Israel ha construido en Palestina, denunciando de esta manera este terrible hecho que se produce en pleno siglo XXI, 70 años después de que los nazis construyeran el llamado “gueto de Varsovia” donde se hacinaban en condiciones inhumanas los judíos polacos.

Pero quizás por lo que más se conoce a este polémico graffitero es por sus bromas. Algunas de ellas consisten en entrar disfrazado en los mas importantes museos de arte y colocar obras falsas sin que nadie se de cuenta. Uno de estos casos es el del Museo Británico que exhibió durante varios días en la galería de arte romano una obra de Banksy en la que aparecía una supuesta pintura de un hombre primitivo empujando un carrito de la compra y en el reverso de la pieza había escrito "Hombre primitivo, camino del supermercado". Nadie se enteró de la broma hasta que el propio autor lo publicó en su página Web.
En otra ocasión hizo en el festival de Glastonbury un círculo similar al monumento megalítico de Stonehenge utilizando retretes portátiles y otra vez en el parque de atracciones de Disneylandia soltó una muñeca hinchable que representaba a un preso de Guantánamo.


Pese a haberse convertido en un producto más de la sociedad de consumo (sus obras alcanzan precios millonarios en subastas y los mismos que Banksy critica adoran sus pinturas) no se le puede negar el enorme ingenio y activismo político que encierra cada una de sus obras. Una lastima como otras muchas que el artista no se aplique a él mismo el cuento y no solo se dedique a vivir del imaginario anticapitalista trabajando para grandes empresas y galerías de arte. Pero sin duda es un paso mas en la búsqueda de un arte rebelde y consecuente, que remueva las conciencias y que haga de este género algo más que un simple negocio, sacándolo de los museos donde se encuentra secuestrado y haciéndolo gratuito y accesible a todo el mundo.







Banksy en Palestina

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